El hombre está dentro de los planes de Dios, por tanto, de una forma u otra colabora en la providencia divina. El saber esto puede tomarse desde diferentes ángulos: por un lado, de una forma impía, excusándonos en la providencia por nuestros errores y pecados; por otro lado, tomando una actitud positiva y dando sentido a nuestras vidas y aprovechando las oportunidades.
En este artículo voy a tratar de estimular la segunda posición, dando respuesta así a la pregunta ¿Cómo colabora el hombre con la providencia divina? Veamos, pues, de que trata todo este asunto.
El rol del hombre en la providencia divina
La providencia divina, por definición, incluye no solamente lo que ocurre en la naturaleza y en los tiempos, sino también en la vida de los hombres. Por tanto, no hay nada que ocurra en sus vidas que esté fuera de la providencia divina.
Esto puede representar un problema de comprensión bastante difícil de zanjar. Por un lado, nos cuesta comprender como en nuestras malas o buenas decisiones obra la providencia divina. También es complejo saber si realmente estamos colaborando con ella o solamente somos un elemento más en aquello que está ordenado para nuestras vidas.
En consideración de estas problemáticas, la manera correcta de comprender la providencia divina con la colaboración del hombre se basa en la confianza en Dios y la obediencia a su santa voluntad. El hombre puede obrar de formas que Dios ha determinado en los tiempos, comprendiendo su voluntad revelada y teniendo confianza en que Dios nos llama a actuar de una manera concreta en una circunstancia concreta. No luchando contra su providencia, sino colaborando con ella con confianza y obediencia.
Ejemplos de hombres que colaboraron con la providencia divina
En la biblia hay abundantes ejemplos de esto que estamos hablando. Si bien la biblia no utiliza el término “colaborar”, sí podemos llegar a comprender el concepto en sus historias de una forma implícita.
José en Egipto
El caso de José es elocuente, el mismo fue un hombre obediente, que cumplió la voluntad de Dios, incluso cuando la providencia iba en una dirección opuesta a lo que él esperaba. Pero su colaboración se mostró en la cárcel, cuando de buena voluntad ayudo a uno de los siervos del Faraón, haciendo así que esa buena obra repercutiera en su futura liberación por medio de la interpretación de los sueños del Faraón y el resguardo del pueblo de Israel en Egipto.
Ester y la salvación del pueblo de Israel
El caso de Ester es parecido al de José, pero su diferencia se encuentra en que su decisión de hacer algo fue muchísimo más riesgosa que la de José. La providencia se evidencia en la frase de Mardoqueo “¿Quién sabe si has llegado al reino para un momento así?” (Est. 4:14), mostrando así que todo lo que había ocurrido en la providencia tenía el propósito de interceder por Israel y salvarlos de la destrucción total.
Rut el esfuerzo en la providencia
Para mí Rut es uno de los mejores ejemplos de colaboración en la providencia. Ella misma observo como Dios la había guiado al lugar donde estaba su pariente redentor, como hallo gracia delante de sus ojos y como fue bendecida abundantemente. Después de estas cosas pudo pensar en que todo se resolvería “providencialmente”, pues no, ella se vistió, se arregló y fue ante Booz para que le pidiera que fuera su redentor.
Formas de colaborar con la providencia divina
Está claro que en la biblia se muestra que los hombres colaboran con la providencia divina, pero ¿En qué formas prácticas tú y yo podemos hacer lo mismo? Pues creo que hay algunos lineamientos bastante claros en este sentido:
A través de la oración
Cuando Rebeca no pudo tener hijos, Isaac y ella oraron y el Señor les concedió hijos. Lo interesante es que la Escritura relata la historia de aquellos gemelos como algo de la elección, es decir, algo planeado incluso antes de la fundación del mundo.
El asunto aquí es que Dios pensaba actuar en medio de aquella circunstancia por medio de la oración y en respuesta de ella. De la misma manera, Dios no solamente desea obrar cosas en la providencia, sino también obrar en la providencia como respuesta a nuestras oraciones. Dios, no solamente quiere darnos bien, sino darnos bien en respuesta de nuestra oración. Así es como confluyen la soberanía de Dios en la providencia y la oración.
A través de la diligencia con discernimiento
Este tema puede ser complicado, pero creo que firmemente que debemos aprender a discernir los tiempos y los momentos adecuados en nuestra propia vida. Primero, es necesario que sepamos cuál es la voluntad de Dios en las Escrituras, de una forma general.
Pero, en segundo lugar, es necesario que tratemos de más o menos palpar cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas (de forma muy específica) para este tiempo en particular.
Por ejemplo, yo cada año tengo que preparar varias series de predicaciones. Ciertamente, Dios desea que predique su Palabra, pero, ¿Qué es lo más propicio para este tiempo y para las necesidades que enfrenta mi iglesia en este momento? La respuesta a esa pregunta requiere discernimiento, sensibilidad, conocimiento de la realidad y conocimiento teológico general. Una vez comprendamos esto, debemos procurar actuar con diligencia y esfuerzo.
“(…) la providencia de Dios no anula la necesidad de trabajo diligente; más bien, Dios usa nuestra labor como un medio para cumplir sus fines”
– Jhon Flavel
Al final, cuando actuamos así, recibimos los beneficios de agradar a Dios.
Reflexionando en las acciones de Dios
Siempre debemos pensar, ¿Por qué Dios ha llevado mi vida a este punto? ¿Por qué las cosas han ocurrido así y que desea Dios que haga al respecto? El comprender estos asuntos y el proceder de Dios dará claridad a nuestro pensamiento para tomar mejores decisiones, decisiones que colaboren de forma positiva con la providencia divina.