Beneficios de agradar a Dios

Beneficios de agradar a Dios
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A veces los creyentes podemos llegar a cuestionar si verdaderamente vale la pena agradar a Dios. Nos cuestionamos si tiene sentido esforzarnos por no mancharnos con el mundo y no dejarnos llevar por el pecado.

Para nuestra ayuda en este sentido, la Escritura nos muestra en reiteradas ocasiones que no solamente que debemos agradar a Dios, sino que también nos conviene. En este artículo quiero mostrar como las Escrituras nos dan preciosas promesas que nos motivan a seguir esforzándonos por vivir de una forma agradable delante de la presencia de Dios.

1. Dios nos concede bendiciones espirituales

Con bendiciones espirituales nos referimos a aspectos de la virtud cristiana, dones espirituales, fruto del Espíritu Santo, carácter cristiano. Un pasaje que se refiere a esto en principio es Eclesiastés 2:26:

En realidad, Dios da sabiduría, conocimientos y alegría a quien es de su agrado; en cambio, al pecador le impone la tarea de acumular más y más, para luego dárselo todo a quien es de su agrado. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!

Las bendiciones espirituales señaladas aquí son sabiduría, conocimiento y alegría. Estos son parte de las características del fruto del Espíritu Santo (Gal. 5:22-23). Por principio, podemos afirmar que aquellos que agradan a Dios son bendecidos con estos aspectos del carácter cristiano.

Dios no solamente obra por su Espíritu para concederles esto, sino que también orquesta cada aspecto de la vida para concedérselo. Muchos buscan sabiduría, conocimiento y felicidad a través del pecado, pero para el cristiano el camino es claro: agradar a Dios por medio de una conducta santa e integra.

2. Dios nos libra de las aflicciones y de nuestros enemigos

Con esto no quiero decir que no vayamos a ser afligidos, más lo que afirma la Escritura es que Dios nos saca de la aflicción cuando le somos agradables. Ahora bien, para sacarnos, primero debemos estar dentro de ella. Si vivimos para agradarle no significa que no venga la aflicción, lo que sí significa es que a su tiempo nos sacará de ella.

Así lo podemos deducir del Salmo 18:19:

Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.

Esto también es aplicado a las aflicciones causadas por los enemigos. Así lo manifiesto David, al declarar que reconocerá si ha agradado a Dios si su enemigo no triunfa sobre él (Sal. 41:11).

En vista de que vivimos en este desierto y valle de lágrimas, donde tarde o temprano nos veremos afligidos o perseguidos, creo que este beneficio es de vital importancia. Pero también nos sirve de freno cuando somos tentados en medio de la aflicción, puesto que, si queremos salir de la aflicción, la salida nunca será el pecado, sino agradar a Dios.

3. Dios escucha y responde nuestra oración

En esta ocasión, este principio lo sostiene el apóstol Juan. Él busca asegurar en el corazón del creyente que Dios ciertamente escucha su oración, y si la escucha, y pedimos algo conforme a su voluntad, entonces él nos responderá porque le agradamos.

Esto se ve con claridad en 1 Juan 3:21-22:

Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

Pedir aquellas cosas que son conforme a su voluntad es necesario como prerrequisito de este principio (1 Jn. 5:14). No obstante, el principio que se mantiene es que, si agradamos a Dios, podemos estar seguros de que él escucha nuestra oración y nos dará aquello que pedimos.

Esto sirve como exhortación para vivir de una forma agradable a Dios, hacer todo aquello que Él demanda de nosotros (si quieres ver una explicación de mo agradar a Dios según la biblia, da clic aquí).

¿Vale la pena agradar a Dios?

Por supuesto que sí, vale la pena esforzarnos por serle agradables. Que Dios nos mire y, por medio de Cristo, diga que él haya en nosotros complacencia. Este es nuestro culto racional, la vida misma que debemos vivir como creyentes. No solamente porque es nuestro deber, sino también porque es de gran bendición para nuestras vidas.

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Julio César Guevara

Julio César Guevara

Autor, pastor, teólogo y creador de contenido digital. Este es mi blog. Espero que puedas sentirte cómodo, para así ayudarte y servirte con los dones que Dios me ha dado.