¿A quién debo confesar mis pecados?

Confesion de pecados
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Todos conocemos la posición de la iglesia romanista sobre la confesión de pecados, allí se define esto como un sacramento, un medio de gracia y una necesidad imperante para todo cristiano. En contra medida, los evangélicos han considerado muy poco sobre este asunto y, en algunos casos, nunca lo han puesto en práctica más allá de sus oraciones individuales.

El asunto no se trata de como nosotros rechazamos a roma y sus errores, sino de si entendemos este tema apegado a la Biblia y si estamos realmente dándole la importancia que la Escritura muestra. Para esto, en este artículo trataré la importancia de la confesión de pecados y a quien designa la Escritura que debemos confesar nuestros pecados.

La necesidad e importancia de confesar mis pecados

Antes de tratar directamente el tema sobre a quién debemos confesar nuestros pecados, es necesario que entendamos esta práctica y como puede ser de beneficio para nosotros como para nuestras iglesias.

Sin confesión, no hay prosperidad

Para empezar, el libro de Proverbios señala que hay una falta de prosperidad en ocultar los pecados, más quien los confiesa alcanza misericordia (Pr. 28:13). En el caso de este proverbio la confesión no se define a quién, esto es un asunto que trataremos más adelante. Lo cierto es que esta confesión implica que seremos tratados con misericordia y su negación implica una falta de prosperidad.

La necesidad de confesión para la restauración

De forma congregacional también hubo diferentes momentos en los que la confesión de pecado fue la clave para una renovación espiritual (Neh. 9:2-3; 2 Cr. 12:6; 1 Sam. 7:6). Esto ha hecho que algunas iglesias históricas introduzcan dentro del servicio de adoración oraciones de confesión pecados. Sin duda, es una práctica saludable y muy recomendable.

Muerte y agonía por no confesar los pecados

La falta de confesión afecta gravemente nuestra vida. Veo esto de una forma muy bien retratada en los salmos (Sal. 32:5; 38:17-19), el principio es que Dios se enoja contra aquellos que no reconocen sus pecados delante de su presencia. La forma más elocuente de esto lo veo en el Salmo 32, el salmista retrata que, mientras guardaba silencio, la mano de Dios pesaba sobre él. La confesión fue la solución, llegar a su presencia reconociendo su maldad.

Indistintamente de nuestra posición sobre a quién debemos confesar nuestro pecado, tenemos que reconocer que es necesario esta práctica en la vida de los cristianos particulares y la iglesia local. Quien no confiesa su pecado no puede esperar ningún tipo de prosperidad en su vida espiritual, sencillamente está muerto y sin misericordia para sí.

Entonces, ¿A quién debo confesar mis pecados?

Dicho esto, vamos a responder esta pregunta. Hay cosas que son lógicas y otras que no somos tan prestos a reconocerlas, pero la realidad es que la biblia señala explicita e implícitamente que debemos confesar nuestros pecados ante tres agentes:

La confesión delante de Dios

Nadie pone en tela de juicio el hecho de que nuestras confesiones deben ser hechas a Dios. No importa la denominación en la que te encuentres, esto es un hecho innegable en la cristiandad.

La necesidad de hacer esto se basa en la promesa del perdón, Dios concede su perdón a aquellos que confiesan sus pecados en oración (1 Jn. 1:9). Esto no es otra cosa que sencillamente hablar de nuestros pecados ante Dios, en búsqueda de perdón y con actitud de arrepentimiento.

La confesión delante de los hermanos

La escritura dice que nos confesemos los pecados los unos a los otros (Stg. 5:16). El contexto tiene en vista la enfermedad y la sanación por medio de la oración, hace entender que el confesar los pecados podría ser un motivo de enfermedad y la confesión del penitente y la oración de los hermanos la razón de la sanidad.

En un sentido general, la orden es clara a que deberíamos reconocer nuestros pecados delante de nuestros hermanos. La medida y la prudencia de cómo debe ser aplicado esto no es explicado, por lo que es importante hacer uso de la sabiduría cristiana para saber cómo, cuándo y a quién confesar los pecados en la comunidad cristiana.

Esto nos lleva a nuestro siguiente punto.

La confesión delante de nuestros líderes y pastores

En Santiago 5 el contexto habla de los líderes para la sanación del hermano enfermo. De alguna manera, el liderazgo tiene una labor importante, pero no exclusiva, en recibir las confesiones de los hermanos.

Este punto parece ser algo mucho más lógico, primero que nada, porque la confesión muchas veces requiere instrucción, consejería y exhortación. Y el mejor lugar para encontrar eso es en los pastores y ministros de la congregación. No obstante, esto nunca debe ser visto como exclusivo.

La respuesta a esta pregunta (conclusión)

Así que, llegando a una respuesta sobre esta pregunta, tenemos que decir que los pecados pueden y deben ser confesados a Dios, a los hermanos en la fe y a los líderes de la congregación. Que la confesión de pecados, congregacional e individualmente, es de vital importancia para la pureza y vida de la iglesia cristiana.

Que el Señor nos ayude a confesar nuestros pecados y a los que recibimos la confesión a actuar con gracia y sabiduría.

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Julio César Guevara

Julio César Guevara

Autor, pastor, teólogo y creador de contenido digital. Este es mi blog. Espero que puedas sentirte cómodo, para así ayudarte y servirte con los dones que Dios me ha dado.