Evangelismo y discipulado

evangelismo y discipulado explicado
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Muchos cristianos saben a qué nos referimos con los términos evangelismo y discipulado, pero muy pocos se han puesto a reflexionar sobre la estrecha relación entre los dos procesos. Esto ha hecho que la vida cristiana se torne un tanto desordenada: pasamos del punto A, al punto C y luego preguntamos de qué trata el punto B.

Si bien no creo que sea posible establecer un orden perfecto de conversión, formación y maduración, el hacer todo “decentemente y con orden” es necesario para el sano crecimiento de la iglesia y los cristianos individuales que la conforman. Aquí, una breve reflexión al respecto, tratando de dar luz sobre este asunto.

Diferencia entre evangelismo y discipulado

La diferencia entre el evangelismo y el discipulado se encuentra en que el evangelismo trata con un no creyente por medio de la predicación del evangelio para su conversión e iniciación a cristianismo. Pero, el discipulado, trata de llevar a ese nuevo creyente a su crecimiento en la vida cristiana.

Podríamos decir que uno es más extenso que otro, el contenido, si bien sigue siendo el evangelio, se modifica en virtud del enfoque. Dicho de otra manera, los objetivos son distintos y, por tanto, su forma de tratar el evangelio es diferente:

En el evangelismo buscamos una conversión, en el discipulado buscamos santificación.

En el evangelismo predicamos el evangelio para el arrepentimiento y la fe, en el discipulado predicamos el evangelio para profundizar en ese arrepentimiento y hacer crecer la fe.

En el evangelismo tratamos con un incrédulo que no tiene relación con Dios, en el discipulado tratamos con un creyente que necesita madurar en dicha relación.

La gran comisión, el punto que une evangelismo y discipulado

El punto que une el evangelismo y el discipulado es la gran comisión. De una manera estricta, y aunque muchas veces se ha relegado solamente al evangelismo, la gran comisión incluye tanto el evangelismo como el discipulado. En las referencias de la gran comisión encontramos exhortaciones tanto a predicar el evangelio, como al hacer discípulos (Mt. 28; Hch. 1; Luc. 24; Jn. 21).

El punto es que la gran comisión es el encargo de Jesús de expandir su reino por todas las naciones, y esto se lleva a cabo de una manera coordinada entre el acto de evangelizar como de discipular a los nuevos creyentes. La gran comisión es el objetivo final, el discipulado y el evangelismo es simplemente un medio para llegar a él.

¿Qué debemos tener en cuenta cuando hacemos evangelismo y discipulado?

La correcta relación entre estas dos importantes áreas es de vital importancia. Así que al momento de abordar cualquiera de las dos, ten en cuenta lo siguiente:

Al momento de evangelizar, ten en mira el discipulado

La evangelización tiene que tener en mira el discipulado. Cuando ese no creyente, pasa a ser un hijo de Dios por medio de la fe ¿Qué sucede luego? ¿Lo dejamos a su suerte? Debe haber un plan de discipulado que incluya su viaje de maduración desde el punto A hasta el punto Z, como también una idea clara de los frutos y los resultados que se espera que de en su vida como hijo de Dios.

De nada nos sirve que digamos que tantas almas se convirtieron, y profesaron la fe en Jesús por medio de una oración (de la cual desconfió totalmente), si estas no se comprometen en el camino del discipulado. Si realmente no buscan vivir para la gloria de Dios a partir del aprendizaje y la enseñanza, entonces lo que hicimos no dio resultados, no importa cuantas personas pasen al frente.

Al momento de discipular, ten en mira el evangelismo

Es probable que las personas que entran en un proceso de discipulado abandonen la fe. Según la parábola del sembrador (Mt. 13:1-23), hay distintos brotes de la semilla que pueden parecer buenos en un principio, pero que luego los afanes o las pruebas ahogan su vida. Es decir, puede que estés tratando con personas que no comprenden adecuadamente el evangelio, han tenido un vistazo de Cristo, pero no lo han comprendido del todo o que simplemente no hayan nacido de nuevo.

Es posible que estas personas tengan una comprensión inadecuada del precio del discipulado, de las verdaderas implicaciones de ser cristiano o que simplemente se hayan acercado a Jesús por motivaciones incorrectas.

Por eso, es sabio acercarse con una constante renovación del evangelio, re-evangelizando al nuevo creyente. Trata de hacerles ver el costo al igual que el beneficio de seguir a Cristo. Hazles ver lo que se le exige en respuesta de la gracia, como también el poder que está a disposición de aquellos que creen (Ef. 1:19).

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Conclusión

El evangelismo es el primer paso para llevar a alguien a la fe en Cristo, pero el discipulado es esencial para ayudar a esos nuevos creyentes a crecer y madurar en su relación con Dios.

Es importante tener en cuenta que el discipulado no es una garantía de que alguien permanecerá en la fe, por lo que es necesario tener una constante renovación del evangelio para aquellos que están en proceso de discipulado.

En resumen, ten en cuenta la importancia de no descuidar ninguna de estas dos áreas y de tener en cuenta tanto el evangelismo como el discipulado al llevar a cabo la Gran Comisión de Jesús.

Julio César Guevara

Julio César Guevara

Autor, pastor, teólogo y creador de contenido digital. Este es mi blog. Espero que puedas sentirte cómodo, para así ayudarte y servirte con los dones que Dios me ha dado.