Evangelismo estratégico

Evangelismo estrategico como aplicar
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Siempre he pensado que ser estratégico en cualquier cosa que uno hace es importante. Pero esto no solamente es aplicado con respecto a los asuntos personales, sino también en asuntos de carácter más espiritual. Y creo particularmente que no hay otra cosa en las que debamos ser estratégicos, sino en el evangelismo.

Pablo, tal vez el más grande evangelizador del Nuevo Testamento, uso diversas estrategias para expandir el evangelio entre las naciones. Tomemos su ejemplo, y pongamos en práctica también un evangelismo estratégico.

La necesidad de aplicar el evangelismo estratégico

La estrategia hace que muchas cosas lleguen a ser efectivas. Grandes guerras se ganaron no por la cantidad, recursos, la brillantez del liderazgo o los buenos soldados, sino por pura y mera estrategia. Claro, todas estas cosas importan, pero si no están ordenadas por una buena estrategia se pueden ir al caño.

Pero, si esto pasa de esta manera para la guerra humana, ¿En la batalla por las almas haremos algo distinto?

Pienso que Dios es glorificado cuando utilizamos la cabeza, cuando somos inteligentes, juzgamos las cosas y nos acercamos a lo que sea que tengamos que hacer de una forma razonada y bien pensada. Pero, para muchos, parece que evangelizar es una tarea demasiado espiritual para poner a funcionar las neuronas. Todo parece llevarse a punta de fuerza y oración.

Y no es que no considere que estas cosas sean importantes, sino más bien que cada asunto debe tener su lugar en su momento adecuado y darse a la tarea de una manera estratégica.

¿Cómo ser estratégicos en el evangelismo?

Entonces ¿Cómo serlo? He allí el asunto de todo este tema. Creo que en esto necesitamos ser creativos, aprender a pensar fuera de la caja y reflexionar muchísimo acerca del tema.

Aquí van algunas ideas que he ido atesorando a medida de los años:

Analiza bien tu cultura, entorno y audiencia

El inicio de toda buena estrategia empieza contemplado contra qué o quién nos vamos a enfrentar para así medir las capacidades y recursos propios contra los del contrincante. Pero también se evalúan otros factores que puedan ser de vital importancia, como el terreno, el clima, la capacidad, el ánimo, etc. Si llevamos esto a nuestro tema, la idea es sencilla: debemos analizar todos los factores de importancia.

Por tanto, debemos preguntarnos:

  • ¿Qué necesidades enfrentan las personas a quienes les vamos a predicar?
  • ¿Qué tipo de fe, religión o espiritualidad profesan?
  • ¿Qué tanta información tiene acerca del cristianismo? ¿Es esa información correcta?
  • ¿Qué opinión tienen acerca del cristianismo y la religión? ¿Es buena, es mala, qué actitud sostienen?
  • ¿Cuáles son las objeciones que tienen en sus cabezas para rechazar el evangelio?
  • ¿Cuáles son los pecados e ídolos más comunes en sus vidas?
  • ¿Cómo se convierten normalmente las personas de la comunidad?
  • etc.

Estas son algunas preguntas que pueden hacerse no necesariamente para dar una respuesta, (puesto que algunas de estas preguntas podrían requerir muchísima investigación para llegar a una respuesta definitiva), sino más bien para empezar a reflexionar y considerar el entorno en que se va a predicar y, en consecuencia, el tipo de adaptación que se le va a dar al mensaje del evangelio.

Plantear una contextualización adecuada

Y permítame aclarar a qué me refiero con “adaptación”. Con adaptación me refiero simplemente a la contextualización del evangelio, esto, no es otra cosa que hacerse judío para el judío, griego para griego y todo para todos, para ganar a algunos (como afirma el apóstol Pablo en 1 Corintios 9:22).

Por ejemplo, supongamos que concluyes que el barrio donde se ubica el local de la iglesia creen de una forma muy sutil en las doctrinas de la nueva era. Aquí tendrás que estudiar de que trata este tipo de mentalidad, en qué consisten sus principales propuestas y definirlas adecuadamente, de modo que cuando presentes el mensaje de los evangelios estarás al tanto de que piensan estas personas y sabrás “presionar” en los puntos necesarios para llevar a las personas a una respuesta, o al menos los dejarás pensando acerca de su propia fe y su condición delante de Dios.

De la misma manera podríamos llegar a considerar un montón de circunstancias, situaciones hipotéticas, versículos claves para dar respuesta, ilustraciones adaptadas a su situación y llevar así el evangelio más cerca de su realidad de vida.

Tomar acciones concretas según las puertas que veamos

Otro resultado de la investigación y del continuo contacto con la comunidad es que se verán a relucir algunas puertas, que no necesariamente estarán abiertas. Algunas estarán cerradas, y requerirán oración y ayuno, otras estarán ligeramente abiertas, pero requerirán esfuerzos, y otras se abrirán de par en par. Todo depende de lo que Dios esté haciendo en los corazones de los hombres.

Por ejemplo, tú y tu iglesia podrían tener la oportunidad de predicar el evangelio en escuelas que, al mismo tiempo, podría llevar a presentar el mensaje del evangelio a los profesores y autoridades escolares, como también a los más jóvenes. En ese caso, Dios abre una puerta, y nosotros somos invitados a pasar, pero no solamente a pasar, sino llevar con nosotros todo tipo de herramientas para llevar a cabo el trabajo según el lugar, el momento o la necesidad en la que entramos.

Esto mismo sucede no solamente entre instituciones, sino también con personas y familias. Debemos estar preparados para hacer nuestra labor con sabiduría y dependiendo del Espíritu Santo.

Por cierto, una puerta que se está abriendo es el mundo digital, en este post trato el tema del evangelismo virtual por si te interesa leerlo y saber más al respecto.

Aplica el mismo principio a los congregantes

Replica esto mismo, pero ahora en el entorno particular de cada miembro de la iglesia. Equípalo para analizar y proponer un mensaje bien contextualizado a sus familiares, compañeros de trabajo y vecinos. A fin de cuentas, el evangelismo es una tarea de todos.

Y posiblemente estés pensando algo así como “eso es mucho trabajo, ¿Ponerme a hablar con cada miembro de la iglesia y enseñarle en cada caso?” Y sí, hablo en serio. No podemos escatimar todo lo que se necesita para llevar a cabo la estrategia, y no podemos escatimar la labor pastoral en las visitas para equipar a los miembros para la tarea del evangelismo.

Establece un proceso de instrucción y discipulado

Basado en todo lo anterior, establece procesos de transición entre la antigua vida y la nueva vida de los interesados o nuevos creyentes. Esto es importante, generalmente pensamos que una persona que ha decidido asistir a la iglesia regularmente es automáticamente cristiana.

La realidad es que el proceso de conversión requiere librar varias luchas, tanto emocionales como intelectuales. Por lo que es sabio tomar un tiempo para reunirse y charlar, ver algunos temas fundamentales del evangelio, compartir con ellos más acerca de los pasos necesarios para cambiar de estilo de vida y afianzar mejor las nuevas creencias.

Ten en cuenta que llevarlos y discipularlos por completo es una tarea que puede tardar varios meses. En especial en aquellos que no dan evidencia de salvación tan fácilmente.

 

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Julio César Guevara

Julio César Guevara

Autor, pastor, teólogo y creador de contenido digital. Este es mi blog. Espero que puedas sentirte cómodo, para así ayudarte y servirte con los dones que Dios me ha dado.