Aprovecha bien el tiempo de Ana Ávila

Aprovecha bien el tiempo
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Tengo una relación extraña con los libros de productividad. Hace un tiempo trabajé como redactor en una empresa de gestión de proyectos, por lo que consumí un montón de libros sobre el tema. Así que sabía qué esperar. Me supuse por un momento que estaba ante otro libro de productividad más.

¡Qué equivocado estaba!

Ana, conoce bien el tema del que habla, cita y hace referencia a muchos de los mejores libros de productividad moderna, pero su enfoque es totalmente distinto. La idea de la productividad de este libro se basa en una percepción correcta de nuestros ídolos, de nuestra condición caída y, sobre todo, del evangelio.

Aquí te comento porque considero que, hasta el momento, este es el mejor libro de productividad que un cristiano pueda leer.

¿De qué trata Aprovechando bien el tiempo de Ana Ávila?

Como ya he mencionado, este es un libro de productividad cristiana. Enfoca la productividad desde una percepción bíblica, mostrando que lo que el cristiano debe considerar como productivo es algo completamente distinto a lo que el mundo a veces nos impone.

Esta idea me ha parecido liberadora. Por un lado, el cristiano tiene que entender que un día productivo no es algo que mide bajo los estándares de una cosmovisión meramente humana, sino que debe medirlo basado en la gloria de Dios.

El libro parte desde los asuntos más básicos sobre los conceptos y las ideas que un cristiano debe tener en claro, hasta los consejos y practicas más elementales para organizar bien la vida, el tiempo y las tareas del día a día. Por supuesto, sin dejar de ver todo bajo la lente de las Escrituras.

¿Qué tan bien escrito está el libro?

Aunque suene raro, es escrito por una escritora

Rara vez leo un libro cristiano que aprecie de forma especial la manera como se redacta cada oración. Desde las primeras líneas puedo saber si la persona que escribe es un pastor, un académico, un teólogo o alguien que realmente se dedica a escribir.

Es aquí donde me encuentra con una joya con respecto a este libro: Ana escribe como una escritora. Sé que suena raro, pero si has leído grandes escritores y los comparas con algunos teólogos de oficio, sabrás lo que digo. No es lo mismo leer a C. S Lewis que a John McArthur, por ejemplo.

En el escritor hay cierto cuidado de cada palabra, casi que queda en evidencia que cada oración fue redactada más de una vez y que lo que se encuentra entre líneas es una sólida concepción literaria. Bueno, precisamente esto es lo que pasa con este libro, no solamente quedas con la impresión de leer a alguien que sabe escribir, sino a alguien que se ha tomado en serio el oficio.

Pero a pesar de ser tan bien escrito, se nota que sale de un cálido hogar y no de una gran torre de marfil.

Un libro muy claro

En el mundo este tipo de libros pueden llegar a ser un tanto complejos (en especial los que tienen mayor rigor científico), o demasiado sensacionalistas (en especial aquellos que aspiran ser betseller). Pero este libro ni es sensacionalista, ni tampoco es aburrido, como tampoco es complejo, más bien es sencillo e interesante. Tiene claridad en cada una de sus páginas y eso hace que uno los disfrute.

Estimulante a la meditación

Algo que pude notar mientras leía el libro era que muchas de las cosas que estaban allí plasmadas venían de un profundo autoexamen. De hecho, me he quedado con esto como una práctica personal. La clave para la correcta productividad es la de conocerse a uno mismo: saber sus limitaciones, habilidades y debilidades.

Me hizo meditar mucho sobre mi propia condición, ver mi necesidad del evangelio y de la gracia de Dios para avanzar en la vida. Por tanto, recomiendo leer este libro con calma, además, es bastante corto, así que aprovecha bien tu tiempo.

También te puede interesar mi reseña del libro de Tácticas, un libro no de productividad, sino de apologética cristiana aplicada.

¿Cómo me ha bendecido el libro?

Las técnicas, citas y otros aspectos del libro ya los conocía. Pero lo que veo realmente valioso sobre este libro es el horizonte donde se coloca: una cosmovisión cristiana enfocada en el evangelio. Solamente por ese simple hecho este libro ha sido una gran bendición.

En un mundo donde la productividad, la gestión del tiempo y el consumismo son cada vez más protagónicos, Aprovechando bien el tiempo de Ana Ávila me ha hecho valorar la productividad que verdaderamente debe anhelar el cristiano.

Otra cosa que me ha gustado sobre este libro es el enfoque que da sobre el descanso. No recuerdo haber leído sobre ello en algún libro de productividad, pero sí lo recuerdo mucho de parte de este libro y particularmente de parte de esta autora.

Como pastor, esposo, padre y trabajador, siempre tengo demasiadas cosas por hacer, lo que me tienta a pasar menos tiempo en cama y más frente a la computadora. Ese recordatorio de “necesitas descansar para la gloria de Dios…” es un mensaje claro de que mis fuerzas son limitadas y que el único que puede hacerlo todo es Dios.

Dato importante: la primera vez que trate este tema personalmente no fue a través de este libro, sino de un video de la autora. Aquí lo dejo por si te suena interesante:

¿Vale la pena leer el libro?

Si, vale la pena leer el libro. Sea que nunca hayas leído un libro de productividad o hayas leído varios libros de este tipo, Aprovecha bien el tiempo será de gran bendición para tu vida.

Considero que es un buen libro para poner la vida en orden, no solamente si quieres aprovechar bien el tiempo y ser más productivos, puesto que no solamente sirve para organizar el caos que suele volverse nuestra vida, sino para colocar en un enfoque bíblico y sano nuestro día a día.

Así que si quieres comprar el libro puedes solicitarlo por Amazon en este mismo link.

Por cierto, si quieres leer a Ana puedes visitar su página web o puedes ir a sus artículos escritos en Coalición por el evangelio.

¡Hasta una próxima reseña!

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Julio César Guevara

Julio César Guevara

Autor, pastor, teólogo y creador de contenido digital. Este es mi blog. Espero que puedas sentirte cómodo, para así ayudarte y servirte con los dones que Dios me ha dado.