Muchos cristianos quieren ser virales en redes sociales, y para esto hacen uso de técnicas cuestionables. Tratar de llegar a cientos de miles no tiene nada de malo, pero cuando para ello pagamos con la moneda del pecado, tenemos que detenernos a reflexionar en arrepentimiento.
Estos pecados los podemos ver incluso en hombres que son catalogados como “sana doctrina” como en otros tipos de creadores de contenido que, enfocándose solamente en los resultados, caen en pecados bastante serios. En este post espero dar luz sobre estos asuntos, esperando que aquellos que hacen uso de estas tácticas se arrepientan y que los que consumimos contenido no apoyemos a los tales.
La irreverencia del humor
Es bastante común encontrar a personas haciendo videos en tono de chistes o creando memes sobre ciertos asuntos teológicos. Estos, tratando de alegrarle el día alguien, hacen chistes de cosas santas y que deben ser tomadas con toda reverencia. Entre estas cosas entra el nombre de Dios, el ser de Dios y sus diferentes personas. Cuando vemos esto debemos tener cuidado de no quebrantar el tercer mandamiento usando el nombre de Dios en vano y dándole a su nombre un uso inadecuado.
Recordemos, el Señor dijo que no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano.
Por otro lado, están aquellos que tratan a sus hermanos por sus debilidades o diferencias teológicas en formas burlescas y desagradables. Si bien no debemos ocultar nuestras diferencias, ni ponerlas debajo de la alfombra, tampoco debemos hacer uso de ellas para mofarnos de nuestros hermanos y herirlos con imágenes, palabras o chistes.
Recordemos, el Señor dijo que, como tratamos a sus pequeñitos (sus discípulos), así lo estaremos tratando a Él. Por tanto, tengamos cuidado de no estar burlándonos del Señor indirectamente.
La mentira del clickbait
Se entiende como clickbait la generación de clics por medio de titulares sensacionalistas o mentirosos, si bien es cierto que en la comunicación el clickbait no implica necesariamente mentira, también es cierto que hay una delgada línea en la que se puede cometer tal pecado. Aclaremos el asunto: alguien puede generar un titular, introducción de video o miniatura de YouTube que genere curiosidad y te impulse a dar clic sin necesidad de mentir.
Algunos ejemplos sanos de esto serían titulares como los que siguen:
- Estos datos me hicieron entender todo sobre los evangelios
- 5 cosas que necesitas evitar al momento de orar
- Cosas que nadie te dice de Juan 3:16
En estos titulares es posible ver que hay información que falta y que genera curiosidad y, por tanto, clics. Pero estos no representan un pecado en sí mismo. Lo mismo pasa con respecto al tema de las listas, aspecto que está presente en libro de proverbios (véase Proverbios 6:16-19).
El problema está cuando estos titulares son mentiras descaradas. Para dar un ejemplo real, un famoso youtuber subió una miniatura cuyo titular era “Los pentecostales no son mis hermanos” (luego lo cambio, gracias a Dios). Sé muy bien que el titular no representa sus convicciones sobre los pentecostales, pero aun así lo coloco. Lo hizo simplemente por generar intriga, morbo e interés, por saber si lo que decía era cierto. Pero tal pronunciamiento era una mentira, justificada por generar más clics.
La deshonestidad en la información
En la inmediatez de las tendencias se puede interpretar muy mal los hechos, siendo deshonestos por ignorancia. Debemos tener cuidado de dar comentarios cuando la información disponible es muy vaga y reciente.
El más actual es el caso de la caída de Steve Lawson en donde muchos youtubers se dedicaron a dar su opinión sobre diferentes aspectos. Para dar un ejemplo: en algún punto de la narrativa se dijo que se excomulgó de la iglesia en la que era miembro, ahora, lo más reciente y confirmado, es que no era miembro de la iglesia en la que asistía y los líderes no podían ejecutar ningún tipo de disciplina o excomunión. Por tanto, alguna de las dos declaraciones no era cierta (la primera realmente), pero en el afán de “surfear las tendencias” se dicen mentiras o se es cómplice con ellas.
El uso de imágenes del Señor
El segundo mandamiento prohíbe representar a Dios de alguna forma visible. En nuestro tiempo esto no solamente ocurre con el Padre o el Espíritu Santo, sino sobre todo con el Hijo, quien es representado con pinturas, actores e ilustraciones.
Pero, ¿Qué pecado puede haber en una simple imagen?
Toda imagen que intenta representar a nuestro Señor es un ídolo en realidad. No se puede representar a su humanidad sin su divinidad, sin caer en algún tipo de herejía o en la generación de un falso Dios. Cuando se usan estas imágenes para la “propagación del evangelio” solamente estamos obrando impíamente.
Si quieres saber más sobre este asunto, te recomiendo leer el artículo de Alejandro Viveros sobre el segundo mandamiento. Allí queda detallado como es que esto es un quebrantamiento directo del segundo mandamiento.
El sensacionalismo absurdo
Otro pecado que se encuentra en nuestros tiempos es crear sensacionalismo sin sentido. Esto mismo me di cuenta cuando estuve estudiando el “mercado” de creadores de contenidos en YouTube. Una cosa absurda a mi parecer. Los youtubers más grandes son aquellos que hablan de cosas sensacionalistas: el rapto, el cumplimiento de profecías (supuestamente), el armagedón, la señal de la bestia, etc.
Estos son dos ejemplos:
El primero es del canal “Que dice la Biblia” el cual suele publicar contenido sobre escatología dispensacionalista y otros temas de interés, el problema no se encuentra en el hermano que lo hace, sino que sus videos con más views suelen ser este tipo de contenido “sensacionalista”.
El otro ejemplo es el canal de “Lo de Davi” quien tiene un estilo muy parecido al anterior.
Ahora bien, no conozco a estos hermanos personalmente, ni pretendo acusarlos por el tipo de contenido que crean (no le veo nada de malo hablar de estos temas de vez en cuando). Pero lo cierto es que este tipo de videos es el que vende más entre las personas y los cristianos, lo que habla más de nuestras comunidades cristianas que del creador en sí.
La destrucción de la reputación de mi hermano
Otra cosa que he visto con gran preocupación es algunos creadores, es el crear contenido casi exclusivamente para hablar mal de otros. Su “ministerio digital” se trata prácticamente de señalar los errores de personas, denominaciones y grupos, y de exponer los pecados, debilidades y fallas de otros cristianos. Sin procurar caer en el error de estos, aquí veo un clarísimo ejemplo:
Si bien no estoy en contra de señalar el error y la herejía públicamente, veo como un problema muy serio que alguien se dedique casi exclusivamente a eso, ¿Qué pensarías si tu pastor se dedicara casi todos los domingos a hablar de otros ministerios, pastores e iglesias en vez de centrarse en exponer la verdad del Evangelio? ¿En qué puede ser edificado el cuerpo de Cristo con un proceder semejante?
Entiendo que esto sea lo que vende y lo que genera resultados rápidamente, pero los cristianos somos llamados a ser mejores que esto. Tanto los consumidores como los creadores debemos ser más cuidadosos del contenido que creamos y consumimos, procurando que el ecosistema de contenido cristiano actual sea mejor, para la edificación del cuerpo de Cristo y la gloria de Dios.
Una última reflexión
Hay muchos pecados rondando sobre la vida digital de los creadores de contenido, y nosotros los consumidores necesitamos entender que podemos hacernos partícipes de esos pecados. Si eres consumidor: no alimentemos la tendencia a mentir, a deshonrar al prójimo, o utilizar los medios digitales para el morbo y el pecado. Si eres creador: trata de buscar viralidad con santidad, no juegues con la moral ni con la ley de Dios, ten temor de Dios en todo tiempo y actúa rectamente.
Procuremos que el ecosistema digital cristiano sea un lugar que represente nuestros principios, y no que estén gobernados principalmente por nuestros propios intereses y los del mercado moderno. Procuremos que la viralidad sea con santidad y que está sirva para santificarnos y no para estropearnos.