Lastimosamente en nuestro tiempo existe una gran confusión en cuanto al propósito del evangelismo. He hablado con muchos cristianos que tienen un gran énfasis en salvar almas, estos afirman que lo único que importa es predicar el evangelio para que la gente no vaya al infierno.
Pero, ¿Es esto cierto? ¿La biblia enfoca el evangelismo de esta manera? ¿Así se describe su propósito?
Sin desmeritar que el salvar almas de la condenación puede ser una buena motivación para la predicación, la realidad es que la Escritura no pone dicho asunto como su principal propósito.
En este post trataré de argumentar cuál es el verdadero propósito del evangelismo y como esto cambia nuestra actitud al momento de obedecer el mandamiento a predicar.
El propósito del evangelismo se trata de cumplir con la gran comisión
A veces las personas no comprenden bien de donde viene el evangelismo. Para esto es necesario entender que la evangelización es un concepto que está dentro del concepto de la gran comisión.
Cuando Jesús resucito de entre los muertos, él no dijo “vayan y prediquen…”, sino “vayan y hagan discípulos…”, esa es la gran comisión. Para esto claramente se necesita traer personas a los pies de Cristo, predicarles el evangelio y encaminarlos en el discipulado.
El error que cometen muchos cristianos es pensar que el propósito del evangelismo es el mismo evangelismo, predicar o meramente la conversión. Cuando en realidad el evangelizar es el primer eslabón en un proceso más largo que llamamos discipulado.
El propósito del evangelismo es el hacer discípulos
Entendiendo que el evangelismo tiene como propósito la gran comisión, y que la mira de la gran comisión es el hacer discípulos, debemos decir que la evangelización tiene el propósito de hacer discípulos, enseñándoles a obedecer todo lo que el Señor ha ordenado.
Esto hace que el evangelismo, sin enseñanza, el evangelismo sin discipulado y sin obediencia, sea un despropósito total. La iglesia necesita entender esto más como un proceso en el que el sembrador sale a sembrar, pero que luego riega y se responsabiliza por la semilla convertida en planta.
No me cansaré de decir esto: el evangelismo en sí mismo, sin un proceso adecuado de discipulado, es un despropósito total. Por eso, el principal propósito del evangelismo es el hacer discípulos. De aquí que, entre los distintos métodos de evangelismo, el evangelismo personal cobra vital importancia.
El propósito del evangelismo es edificar la iglesia y cambiar vidas
Si entendemos bien este propósito principal y particular, entendemos que hay un propósito secundario y también uno general. El propósito secundario es la edificación de la iglesia y el general es la gloria de Dios.
En cuanto al primero, debemos decir que esto se entiende por qué al creyente, al convertirse por medio de la predicación del evangelio, se une a la iglesia para tener comunión con sus hermanos, recibir la instrucción del discipulado, participar de los sacramentos y someterse a sus pastores y maestros. Al mismo tiempo, este nuevo creyente tiene la responsabilidad de participar de la edificación del cuerpo de Cristo por medio de los dones que Dios le ha dado.
En última instancia, el evangelismo sirve para estimular y edificar la iglesia de Dios. El crecimiento que surge de la evangelización no es numérico solamente, sino también en carácter, servicio y obediencia al Señor.
El propósito del evangelismo es glorificar a Dios
En un sentido general, todo mandamiento escritural tiene como propósito la gloria de Dios. Esto lo explica muy bien John Piper en su libro “Alégrense las naciones”, donde Dios, en las misiones, muestra su gloria a los confines de la tierra y por medio de ello se glorifica a sí mismo en esta tierra.
Allí, donde no hay alabanza, ahora hay alabanza, donde no había adoración, allí se erige un altar, donde había rebeldía, ahora se somete al amor y la ordenanza del Señor ¡Eso es glorificar a Dios!
Esto hace que el evangelismo sea una maravillosa manera de vivir, puesto que el propósito último de nuestra vida es la gloria de Dios. Somos hechos por Él y para Él.
Conclusión
A manera de conclusión podemos decir que el propósito del evangelismo se encuentra en el llevar personas a un compromiso con Cristo, un compromiso que se evidencia en obedecer y someterse al discipulado cristiano. Al mismo tiempo, esto cumple el propósito de edificar la iglesia y dar gloria a Dios en medio de este mundo, y por medio de la salvación integral del pecador.