Un texto que siempre me ha causado dudas es Jeremías 9:24 ¿Cómo es que debemos sentirnos orgullosos de conocer a Dios? ¿Qué significa gloriarnos y alabarnos en ello? ¿Acaso esto no es pecado?
Hoy, por medio de este artículo, espero responder esta simple pero necesaria pregunta.
¿Qué significa gloriarnos en conocer a Dios y comprenderlo? Según lo que dice Jeremías 9:24
En otras versiones dice “alabarse” (RV60), por lo que esto nos puede dar una pista de lo que quiere decir esto. En definitiva, tiene que ver con un sentido de complacencia y orgullo santo.
¿Es posible sentirnos orgullosos de algo de forma santa?
La realidad es que si, de hecho, vemos este orgullo cuando Pablo dice que él no se gloriara en ninguna otra cosa, sino en Cristo (1 Co. 2:2). Esto lo decía en contraste con el orgullo de judíos y gentiles, quienes apelaban a los milagros o a la elocuencia para su vanagloria. Más Pablo, se gloriaba en Cristo y este crucificado.
Hay igualmente un sentido de contraste en Jeremías 9:24, allí el Señor llama a no gloriarse en otras cosas como la sabiduría, el poder y la riqueza (v. 23), sino más bien en conocerle y entenderle. El contraste nos da claridad, ¿Qué significa gloriarnos en la riqueza, en el poder, en la sabiduría, en la elocuencia o en los milagros? Significa, en otras palabras, gloriarnos en nuestra propia fuerza y dignidad, esto no es otra cosa que soberbia.
Gloriarnos en el Señor, en su conocimiento y en su cruz, significa hacer de Él y no de nosotros nuestra fuente de orgullo (en un sentido positivo y santo). Podríamos sentir en el orgullo de un trabajo bien hecho, del progreso de un hijo o de nuestro ministerio avance, eso no es pecaminoso en sí mismo, es pecaminoso cuando pensamos algo por nosotros mismos y usamos eso para enaltecernos por encima de Dios.